Publicado el Miércoles, 15 de Julio de 2020
Confesiones de una profesional del sexo telefónico
En Lineashot contamos con las mejores profesionales del sexo telefónico de nuestro país. Chicas ardientes, cachondas y viciosas, adictas a las líneas eróticas. Mujeres sensuales a las que les encanta tocarse mientras hablan con desconocidos al otro lado del teléfono. Hoy, os traemos las declaraciones de una de nuestras chicas, de la cual no daremos su nombre pues prefiere guardar su anonimato.
Confesiones de una profesional de las líneas eróticas
Tenía que haber comenzado antes a trabajar en esto. Soy una mujer que desde la adolescencia ha disfrutado de su cuerpo de todas las maneras posible. Mi trabajo en las líneas eróticas me apasiona, ya que soy una chica que se mueve más por el morbo de lo desconocido que por el sexo en pareja. ¡Buaff!, no podéis imaginar lo que me excita escuchar la voz de hombres desconocidos ansiosos de masturbarse conmigo. Hombres jóvenes o maduros tan viciosos como yo, deseando compartir un momento tan excitante y erótico. No daré mi identidad, pero si puedo deciros que soy una mujer latina de voz lasciva y cuerpo exuberante. Cada vez que los hombres escuchan mi melosa voz ...¡se vuelven completamente locos!
Como ya he dicho soy latina, sin embargo, trabajo en Lineashot, una compañía de España. Al principio, pensé que esto podía ser un inconveniente para mí. En Sudamérica solemos pensar que los chicos españoles son menos ardientes que los latinos. Nada más lejos de la realidad. Tras años de escuchar conversaciones de españoles en mi teléfono erótico he de reconocer que son muy ardientes, sugerentes y, sobre todo, saben conquistar a una dama. Los españoles me hacen sentir una mujer deseada, algo que en la vida real es así, puesto que, cuento con unos pechos y un trasero enormes. ¡Ojo!, estoy en forma, podríamos decir que dentro de la pornografía entraría en la categoría de MILFs. Sin embargo, esto solo lo saben quienes ya han llamado a mi línea erótica, Lineashot. Y es que mis clientes saben que hablar conmigo es como despertar un mundo de sensaciones ocultas, de deseos prohibidos, de confesiones muy íntimas… y yo soy la cómplice de sus caprichos más eróticos… y cumplo con las palabras lindas que me deleitan.
Mi principal cliente -del cual no daré pistas de su identidad- es un hombre de unos 30 años de una ciudad grande de España. Ambos estamos locos por hablar el uno con el otro. Es el cliente con el que más tiempo llevo disfrutando del sexo telefónico, nunca falla. Siempre me llama sobre las 12 de la noche, sea un lunes o un domingo. Generalmente, la conversación la comienzo yo describiéndome, aunque como ya hemos hablado tantas veces, él sabe como es cada centímetro cuadrado de mi cuerpo. Por tanto, suelo describirle el tipo de lencería que llevo puesta, como llevo el pelo en ese momento, e, incluso el color de mis sabanas. Mientras tanto, este fogoso español suele hacerme preguntas sobre mi vida sexual como, por ejemplo, ¿cuál es la postura que más cachonda me pone?. Cuando le cuento las cochinadas que hago en mi vida sexual, se le pone el pene tan duro que no puede parar de masturbarse, incluso, cuando ya se ha corrido. ¡Le ponen loco mis aventuras, mis escarceos, mis gustos en la cama...! Aunque suele tratar con muchos más clientes durante el día, es este chico el que más me excita. No sé por qué...
Durante cada una de nuestras aventuras en las líneas eróticas, tanto él como yo solemos corrernos, como mínimo, dos veces. Sin duda, debe ser un auténtico semental. ¡Noto siempre su respiración, sus palpitaciones, sus gemidos..., y termino volviéndome loca! Lo que más me gusta es cuando me dice que soy su diosa, su mamasita, su mujer de sangre caliente, la chica con la que sueña cada noche cuando se masturba. Llego incluso a confesarme que conmigo ha disfrutado más que nunca del sexo. Que gracias a mí ha descubierto lo gratificante que pueden llegar a ser las líneas eróticas. Obviamente, no solo soy yo la que le comento como me encuentro en cada momento. Justo después de explicarle lo cachonda y mojada que estoy, él me explica con todo lujo de detalles como está su cuerpo y su polla. A continuación, nos contamos todo tipo de cochinadas hasta que ambos terminamos corriéndonos.
¡Ojo!, no termina aquí la cosa, pues como casi siempre solemos seguir contándonos nuestros problemas cotidianos durante un tiempo. Generalmente, suelen ser conversaciones sobre nuestras últimas vivencias en la cama, pero también temas como la familia o el trabajo. ¡Bueno!, hasta aquí, ha llegado mi relato sobre mí día a día como profesional de las líneas eróticas. Si todavía no habéis probado las el sexo telefónico, os animo a que lo hagáis hoy mismo. No tiene porque ser con una mujer como yo, ya que en Lineashot podéis encontrar chicas de todas las nacionalidades, edades y físicos.